El tema del paisaje estuvo constantemente relacionado con la afirmación de los principales movimientos artísticos, especialmente a partir del Renacimiento. A lo largo del tiempo, este género, que representa montañas, ríos, puentes o espacios arquitectónicos, ha sufrido cambios en cuanto a medios y lenguajes artísticos. Actualmente, su relevancia en el campo de las bellas artes es notable; sin embargo, durante varios siglos, para la academia, fue considerado inferior en relación a otros géneros. Para entender cómo los artistas representan este tema en la época contemporánea, nos acercaremos a la idea artística de paisaje, desde el Renacimiento, pasando por el Barroco, el Romanticismo y la posguerra.
El elemento visual del color se utiliza para crear la atmósfera de una obra de arte, ya que estimula nuestras emociones y percepciones. Así, nos ofrecen respuestas dispares como armonía o conflicto, calor o frío, debido a la combinación de pigmentos: un azul puede ser cálido o frío, según la composición (puede tender más al amarillo o al verde). Se trata de un recorrido por el uso del color, que se inicia a principios del siglo XIX y se detiene en varios momentos, hasta la actualidad.
En una ruta construida entre Portugal y el Reino Unido, Paula Rego se afirma como uno de los nombres más importantes del arte contemporáneo internacional.
La Anunciación, la Natividad y la Adoración son tres de los temas más representativos y representados de la iconografía cristiana.
En 2002, también Paula Rego abordaría estos temas en una serie de ocho lienzos encargados por el entonces presidente de la República Jorge Sampaio para la capilla del Palacio de Belém. En los tres cuadros con los que inicia el Ciclo de la Vida de la Virgen María, la artista portuguesa rompe con los convencionalismos dejándonos un retrato de la madre de Cristo como mujer.