
¿Qué es una prueba de artista?
En el mundo de las artes visuales, especialmente en el contexto del grabado, la serigrafía, la litografía y la escultura, existen diversas nomenclaturas que indican las particularidades técnicas y de autor de una obra. Entre ellas, destaca la llamada prueba de artista, a menudo abreviada como AP. Si bien puede parecer un simple detalle técnico, esta designación tiene un gran peso simbólico, histórico e incluso comercial.
Pero ¿qué es exactamente una prueba de artista? ¿Por qué son tan valoradas por coleccionistas y aficionados al arte? ¿Y en qué se diferencian de las ediciones regulares de una obra? En este artículo, profundizaremos en estas cuestiones, arrojando luz sobre un tema que, si bien técnico, nos ayuda a comprender mejor el funcionamiento del mercado del arte y los procesos creativos de los artistas.
Definición: ¿Qué es una prueba de artista?
Una prueba de artista es una copia adicional de una obra impresa o reproducida (como un grabado, una serigrafía, una litografía, etc.), creada durante o antes de la impresión de la edición final, pero que no está incluida en la tirada numerada oficial.
Tradicionalmente, estas pruebas están destinadas al uso personal del artista. Son, por así decirlo, copias agotadas —es decir, no destinadas a la venta inmediata— que se utilizan para evaluar el resultado técnico, documentar el proceso o simplemente para el archivo del creador. Sin embargo, con el tiempo, muchas de estas pruebas se han comercializado y, en muchos casos, alcanzan precios iguales o superiores a los de la edición regular.
Normalmente, las pruebas de artista están firmadas por el autor y marcadas con el acrónimo AP o, en portugués, PA, y se indican fuera de la numeración regular de la edición (por ejemplo: “PA” o “AP” en lugar de “15/100”).
Un poco de historia
El concepto de prueba de artista se remonta a la época en que las técnicas de reproducción artística comenzaron a cobrar importancia en Europa, especialmente entre los siglos XV y XVIII. En aquella época, los artistas utilizaban el grabado como medio para difundir imágenes religiosas, retratos o escenas mitológicas. La técnica requería el uso de matrices (como placas de cobre o madera), sobre las que se grababa manualmente la imagen para su posterior impresión en papel.
Durante este proceso, el artista y el grabador realizaban numerosas pruebas para comprobar la calidad de la impresión y su fidelidad al diseño original. Estas pruebas, generalmente impresas antes de la edición principal, solían ser más valiosas que las copias posteriores, representando un momento más puro del acto creativo.
A lo largo del siglo XX, con la expansión de las técnicas de impresión y la consolidación del grabado como medio artístico autónomo, las pruebas de artista se convirtieron en un elemento reconocido y valorado en el circuito de galerías, museos y subastas.
Diferencia entre edición numerada y prueba de artista
La principal diferencia entre una prueba de artista y una copia de edición numerada radica en su estado y propósito.
Edición numerada: Esta es la tirada principal de la obra, numerada secuencialmente (por ejemplo: 1/100, 2/100, hasta 100/100). Son los ejemplares que salen al mercado y se venden a coleccionistas, museos o instituciones.
Prueba de artista (PA/AP): Se trata de copias fuera de esta edición. Normalmente, el artista reserva entre el 5% y el 10% de la edición total como pruebas personales. Por lo tanto, si una obra tiene una tirada de 100 ejemplares, puede haber entre 5 y 10 pruebas de artista.
Además, las pruebas de artista son, en muchos casos, las primeras impresiones que se hacen del máster, lo que significa que son de mayor calidad técnica, ya que el máster tiende a desgastarse con el uso.
Tipos de evidencia
En el mundo de las ediciones múltiples, existen varias categorías de pruebas, además de las pruebas de artista. Las principales incluyen:
Prueba de impresión: Copias reservadas para el impresor, generalmente marcadas como "PP". Son similares a las copias PA, pero están destinadas al técnico responsable de la impresión.
Pruebas estatales: Grabados realizados en diferentes etapas de la grabación, mostrando la evolución del trabajo antes de llegar al resultado final.
Pruebas de color: Se utiliza para probar combinaciones de colores en obras multicolores.
Pruebas “entremeses” (HC): Literalmente “fuera de comercio”, se trata de copias que no estaban destinadas a la venta; a menudo se utilizaban para exposiciones u ofertas institucionales.
Cada tipo de prueba juega su papel en el proceso creativo y técnico de la obra, y todas contribuyen al registro histórico de la producción.
Valor comercial y simbólico
Aunque no forman parte de la edición numerada, las pruebas de artista suelen ser muy valoradas en el mercado del arte. Esto se debe a varios factores:
Escasez: Como existen en pequeñas cantidades, naturalmente son más raros que los ejemplares normales.
Asociación directa con el artista: Al estar reservados para el autor, se consideran ejemplos más íntimos y más cercanos a su intención original.
Calidad técnica: A menudo se imprimen al principio de la tirada, cuando la matriz es nueva, tienen una calidad superior.
Historia y autenticidad: Se utilizan a menudo como referencia en estudios sobre el proceso creativo del artista, teniendo valor documental.
Por estas razones, una prueba de artista puede, en ciertos casos, alcanzar precios más altos que las copias de ediciones regulares en galerías y subastas.
La evidencia del artista en el arte contemporáneo
En el arte contemporáneo, el uso de pruebas de artista continúa, pero con nuevos enfoques. Muchos artistas contemporáneos, como Damien Hirst, Yayoi Kusama, Anish Kapoor o Vhils —Continúan produciendo ediciones limitadas y pruebas de artista, tanto como una extensión de su producción como una estrategia para aumentar su valor de mercado. Con la creciente profesionalización del sector artístico, las pruebas suelen ir acompañadas de certificados de autenticidad, sellos del estudio o la editorial, e incluso marcas digitales (blockchain) que registran el origen de la obra. Además, la aparición del arte digital y los NFT (tokens no fungibles) ha planteado nuevas preguntas sobre el concepto de edición y prueba. En entornos digitales, donde teóricamente todo puede reproducirse infinitamente, la idea de una prueba única o limitada adquiere nuevas dimensiones.
Cómo identificar la prueba de un artista
Para identificar la prueba de un artista, el coleccionista o interesado deberá observar:
La firma del artista, generalmente manuscrita;
La inscripción “PA” o “AP” en el lugar donde, en los ejemplares normales, se vería la numeración (en lugar de “15/50”, por ejemplo);
La presencia de sellos de autenticidad, marcas de estudio o de taller;
Papel o soporte diferenciado (en algunos casos, los ensayos se realizan sobre papel especial o con variaciones cromáticas únicas);
La existencia de certificados o documentos que acrediten el origen de la obra.
Las pruebas de artista son mucho más que simples copias de múltiples obras. Representan un vínculo directo entre el creador y el objeto artístico, y conllevan una dimensión técnica, simbólica e histórica que trasciende la mera función de reproducción. Para los coleccionistas, adquirir una prueba de artista puede significar poseer una parte más íntima y auténtica de su obra. Para los artistas, sirven como registros de su proceso creativo, instrumentos de experimentación y, a menudo, bienes de gran valor emocional. En última instancia, comprender qué es la prueba de un artista significa también comprender mejor cómo funciona el sistema artístico y la delicada relación entre arte, autoría, técnica y mercado.