
Frida Kahlo A ella le gustaba contar que nació el mismo año de la Revolución Mexicana, 1910. Pero lo cierto es que era unos años mayor, pues nació en el barrio de Coyoacán, en la Ciudad de México, el 6 de julio de 1907. Su historia, repetida con frecuencia, revela mucho sobre su ideología política, que también se refleja en sus obras de arte, ahora icónicas, así como en su hábito de autoconstrucción.
A través de su talento artístico, Kahlo también creó una imagen de sí misma como una mujer que era a la vez fuerte, con su mirada inquebrantable fija en el espectador, y una persona de vulnerabilidad descarada, confrontada con conflictos personales y años de dolor físico relacionados con la salud. Como resultado, los curadores del Museo de Arte de Dallas (DMA) se preguntan: ¿Realmente conocemos a la legendaria artista? En la exposición actual, titulada "Frida: Más allá del mito", la institución buscó comprender a la artista más allá de lo que retrató en su arte. "A través de esta persistente autoconstrucción, Kahlo fue, en esencia, la arquitecta de su propio mito, un mito por el cual finalmente fue devorada", dijo Sue Canterbury, Curadora Pauline Gill Sullivan de Arte Estadounidense en el DMA, en un comunicado. "Es solo a través de los ojos de quienes la rodearon que podemos acercarnos a quién realmente fue, viéndola como era vista, no solo como se veía a sí misma".
La exposición incluye aproximadamente 30 obras de arte que Kahlo creó a lo largo de su vida, de 1907 a 1954, así como unas 30 fotografías suyas, tomadas por personas de su círculo más cercano. El resultado es un retrato condensado e íntimo de la obra y la vida de la artista.
Comenzando con fotografías de su padre, Guillermo Kahlo, que la muestran cuando tenía cuatro años, la exposición abarca toda su vida y combina obras con imágenes relacionadas. Una foto de 1952 muestra a Kahlo trabajando en la cama en su última pintura terminada, "Naturaleza Viva", que también se exhibe cerca.
Varias de las fotografías expuestas fueron tomadas por el esposo de Kahlo, el muralista Diego Rivera, así como por su amante Nickolas Muray, el fotógrafo Henri Cartier-Bresson, la fotógrafa mexicana Lola Álvarez Bravo y el comerciante de arte Julien Levy. Entre ellas se encuentran algunas obras de Kahlo que no se han visto en más de dos décadas y que rara vez salen de México, incluyendo dibujos al pastel y bocetos.
Una declaración sobre la exposición argumenta que incluso las obras de la artista, que expresaban sus respuestas emocionales a importantes desafíos personales, dificultan nuestra comprensión de Kahlo, pues construyó una personalidad con características opuestas: seductora y víctima, fuerte y vulnerable. Si bien Kahlo no utilizó el arte como una herramienta puramente autobiográfica, sus pinturas siguen siendo formas de expresión profundamente personales, lo que plantea la pregunta de qué nos dicen, en todas sus contradicciones, sobre ella como artista individual.
De hecho, Kahlo revela detalles íntimos de su vida en muchas de sus obras, que pueden referirse a eventos personales, como cirugías y el dolor que sintió tras un accidente en su juventud, así como a un matrimonio difícil. Una pintura magistral pero controvertida, realizada en 1938 en honor a la fallecida actriz Dorothy Hale, es difícil de disociar de las luchas internas de la artista y su difícil matrimonio. Otro punto destacado es la pintura "Mi vestido cuelga allí" (1933), del icónico vestido de tehuana de Kahlo, colgado, como si flotara, en el centro de un tumultuoso paisaje neoyorquino al comienzo de la Gran Depresión.
Si bien sus obras nunca fueron concebidas como registros autobiográficos, revelan su voz y visión del mundo que la rodea a través del poder del lenguaje visual. Combinadas con las fotografías de estilo documental de la exposición, se puede aprender más sobre ella como persona, aunque incluso las imágenes solo pueden ofrecer interpretaciones adicionales. En cuanto a la identidad construida de Kahlo, basada en sus pinturas, su moda y su fecha de nacimiento falsa, esta tendencia podría decirnos más sobre ella que cualquier fotografía o cronología precisa de los acontecimientos. No al revés.
Fuente: Artnet News