Una edición especial de la innovadora silla Shell de 1950 de Charles y Ray Eames recibe una reedición, completa con su diseño original. La silla fue una colaboración entre Charles y Ray Eames y el legendario ilustrador del 'New Yorker' Saul Steinberg.
Lanzadas en 1950, las sillas Shell diseñadas por Charles y Ray Eames fueron el primer mueble producido en masa en el que el asiento y el respaldo estaban formados a partir de una única pieza unificada de plástico. Ese mismo año, la pareja de diseñadores invitó a su amigo, Saul Steinberg, el ilustrador mejor conocido por sus reflexiones caricaturescas en “The New Yorker” (se describió a sí mismo como “un escritor que dibuja”) a visitarlos. Mientras estaba en la costa oeste con su esposa, Hedda Sterne, Steinberg hizo el fatídico viaje a la oficina de los Eames en Venice, California.
Juntos, los tres excéntricos rebosaron imaginación y crearon una variedad de objetos de arte únicos. "La interconexión de las ideas de Steinberg y cómo se superpusieron con los diseños de mis abuelos es increíble", dijo Llisa Demetrios, la nieta más joven de los Eames y curadora en jefe del Instituto Eames, que supervisa el legado de arte y diseño de la familia Steinberg. "Creo que esta colaboración es un ejemplo de cómo les gustaba crear: siempre abiertos a otra iteración creativa, que vaya más allá de lo esperado".
“Steinberg siempre estuvo atento al cambiante panorama cultural de Estados Unidos”, dijo la académica Francesca Pellicciari, cocuradora de “Saul Steinberg: Milán, Nueva York” en la Trienal de Milán de 2021. “Parecía deleitarse con el creciente abismo entre los gustos populares y la vanguardia del arte y el diseño modernistas. “De hecho, en los años cincuenta, Steinberg se había distinguido como pintor y muralista, además de por sus caricaturas irónicas para “The New Yorker”. En 1946, participó en la exposición colectiva "Catorce americanos" en el MoMA, junto a Arshile Gorky, Isamu Noguchi y Robert Motherwell.
En algún momento durante su juerga creativa con los Eames, Steinberg aplicó su ingenio y humor a dos de esas sillas de concha. En uno dibujó la silueta aproximada de un gato dormido y, en el otro, una mujer desnuda. Los Eames sostuvieron esas sillas, que entendieron correctamente que eran más que el subproducto de dos parejas divirtiéndose. Ahora, más de 70 años después, el “Instituto Eames” ha digitalizado y reproducido fielmente la silla para gatos de Vitra y la empresa de muebles Herman Miller, hasta los bigotes dibujados a mano. El nuevo modelo, en una edición limitada de 500 unidades, está disponible por 2.500 dólares.
Fuente: Noticias Artnet