Sara Antónia Matos, directora y curadora del Atelier-Museo Júlio Pomar, accedió a escoger y comentar para el Observer, 10 obras paradigmáticas de Júlio Pomar. En estas elecciones, que incluyen obras de 1946 a 2011, es posible observar cambios de estilo y técnica, incluso cuando se repiten los temas. el artista portugués Júlio Pomar quien estudió en la Escuela de Artes Decorativas António Arroio y en la Escuela Superior de Bellas Artes de Lisboa y Oporto, todavía hoy es reconocido como un pintor neorrealista, involucrado en el arte como una forma de protesta social. El “Gadanheiro” y “O Almoço do Trolha” son de este período de protesta, pinturas con un claro mensaje contra el conservadurismo de la época y la dictadura. Viaje a través de la carrera de Júlio Pomar, a través de las elecciones de Sara Antónia Matos.
1.Mural para Cinema Batalha, en Oporto, 1946-47
“Las obras de este período forman parte del llamado movimiento neorrealista. El artista es detenido por la PIDE, antes de que el mural esté terminado. El gobierno impone la eliminación definitiva de los murales del Cinema Batalha en junio de 1948, un año después de la inauguración del edificio. Las pocas fotografías que existen hoy en día de este cuadro, realizadas directamente sobre la pared del edificio, dejan entrever la osadía del artista, entonces sin la experiencia que tiene hoy, al aceptar un reto con tanta responsabilidad artística y social.”
2. “Estudio en escarlata”, 1964
“El conjunto de obras dedicadas al tema de las 'carreras' y las 'entradas' –es decir, a través de la representación de caballos, carreras de jockeys, entradas de toros y campinos– son para Pomar motivo de una intensa exploración del movimiento en la pintura. Júlio Pomar está en movimiento y da movimiento a sus herramientas. Mueve a pintar y mueve espíritus a escribir. Busca el movimiento y éste, como si ya se escapara de su control, ganando autonomía, avanza desde sus lienzos hacia el espacio del espectador.”
3. “Le Bain Turc (d´après Ingres)”, 1968
“Manifiesta una erupción del cuerpo, el sexo y el erotismo –ejes importantes en la obra de la artista–, es una de las obras en las que Júlio Pomar asume, en el título, uno de los maestros que le sirven de referencia. Pomar demuestra que el color plano llena las formas, dotándolas de un corte preciso, suficiente para dar estructura al cuadro. Esta y otras pinturas resultantes de esta fase pueden considerarse el punto de inflexión con respecto a la pintura de la fase anterior, donde predomina el gesto y la pincelada libre.”
4.“Tigre”, 1980
“Es una de sus obras paradigmáticas: símbolo de fuerza e ícono de sensualidad y erotismo, en el universo de Júlio Pomar. No se puede, por tanto, dejar de mencionar el componente erótico en la obra del pintor, que estará más en la dimensión textural, y en el espesor de la materia pictórica que este tigre pone en acto, que en la figuración explícita y objetiva de cuerpos entrelazados.”
5.Retrato del presidente Mário Soares, 1992
“A lo largo de todo su curso, Júlio Pomar realizó retratos y autorretratos, y se puede considerar que siempre ha apostado por uno de los géneros más canónicos de la historia del arte. El retrato de Mário Soares es uno de los más emblemáticos, no solo por el nuevo estilo y la informalidad que introduce en la galería de retratos presidenciales, sino también porque, de hecho, el entonces presidente era un amigo de mucho tiempo, habiendo compartido episodios y momentos históricos notables, de los cuales es un ejemplo el período de encarcelamiento, en 1947.”
6. “Enmascarado de Pirenópolis nº 15”, 1987
“De gran fuerza cromática, forma parte de una serie de 15 cuadros con el mismo título en los que el pintor representa las festividades y rituales asociados a las fiestas del Divino Espírito Santo, a las que asistió en Brasil. Esta obra, así como las pinturas que dedica a los indios de la comunidad amazónica, a saber, 'Os Ticxão', son pinturas de gran formato, que pueden alcanzar los cuatro metros de longitud. Demuestran cómo se transfieren las fuerzas telúricas al soporte de la tela.”
7. “Fernando Pessoa” – Estación de metro Alto dos Moinhos, Lisboa, 1983-84
“Camões, Bocage, Almada y Pessoa fueron elegidos por Júlio Pomar para habitar la estación de metro Alto dos Moinhos. Pessoa aparece por triplicado, duplicado, en la mesa de centro, lustrando zapatos, aludiendo a la cotidianidad, por un recorrido subterráneo que muchos citadinos recorren todos los días. Este conjunto de dibujos, concretamente la figura de Pessoa, se puede encontrar en diferentes soportes cotidianos: en los pasaportes de ciudadanos portugueses y en algunas tarjetas de cajero automático”.
8. Dibujos para “La guerra y la paz”, de Tolstoi, 1956-1958
“Obra de ilustración, ejemplo de fructífera relación entre obra plástica y literatura. En este dominio, el trabajo de Júlio Pomar adquiere un humor y una ironía mordaces y divertidos. Sin subyugar la ilustración al texto, los dibujos, ilustraciones y pinturas, denotan repentinas explosiones de humor.”
9. “Carlos do Carmo”, 2011
“Subrayando la importancia de la música y la poesía, no podíamos dejar de presentar las pinturas que, en las últimas dos décadas, Júlio Pomar dedicado al universo del fado y en particular a sus intérpretes: Carlos do Carmo, Cristina Branco, Mariza o incluso Alfredo Marceneiro. En algunos aparece junto a Fernando Pessoa, destacando la importancia del diálogo entre 'cultura popular' y 'cultura erudita'. Para el pintor, son dos aspectos inseparables de la cultura”.
10. “Burro tocando la guitarra”, 2011
“Dentro de la temática del fado, la representación de la guitarra cobra especial relevancia porque se convierte en un instrumento de manifestación o entretenimiento de ese animal al que, en los últimos años, Pomar ha dedicado especial atención: el burro. Está representado de frente (como la mayoría de los animales en Júlio Pomar). En lugar de la triste figura que solemos conocer de este animal, sus burros Júlio Pomar cantan, se divierten, llevan guitarras y llevan un divertido sarcasmo quijotesco”.